SOMOS BERG.
Te permitimos saltar, montar y volar al aire libre. Buscamos los límites de nuestra felicidad. A veces, simplemente despejarse por completo. Mantenerse activo al aire libre. Relajarse mediante el esfuerzo. Divertirse juntos o divertirse solos.

Con un BERG, superas tus límites. Puedes hacer mucho más de lo que crees. Quieres más rápido, más alto, mejor, más bello. Tu BERG siempre está ahí para ti. Si te sientes bien o si necesitas desahogarte.

Siéntase seguro, incluso cuando el camino esté lleno de baches. Siéntase como en casa desde el primer momento. Tu BERG crece contigo y nunca te defrauda. Para toda la vida.

Bienvenido al mundo de BERG. Ahora es tuyo.

POR LO TANTO BERG
Seguro - Quieres disfrutar de un BERG sin preocupaciones. Por eso prestamos mucha atención a la seguridad de nuestros productos. Todos los materiales son de la máxima calidad. Todos los productos están diseñados ergonómicamente y probados a fondo. Para que pueda disfrutar de su BERG durante muchos años.

Responsables - Pedimos prestado el mundo a nuestros hijos. En BERG aportamos nuestro granito de arena con productos duraderos y atemporales que perduran durante generaciones. Si compras un BERG, sabes que está fabricado en una empresa social que presta atención a las personas y al medio ambiente. Muchos de nuestros karts llevan incluso el certificado de plata "cradle to cradle".

Diseño - lo más importante de un BERG es su funcionalidad. Todo debe funcionar siempre. Pero el ojo también quiere algo. Por eso nuestros diseñadores trabajan duro cada día para crear un diseño funcional e innovador. Para que su BERG no sólo funcione de maravilla, sino que también tenga un aspecto bonito y reconocible.

BERG FUE FUNDADA POR UNO DE USTEDES
BERG tiene sus orígenes al borde de la gran reserva natural del Veluwe, en los Países Bajos. Allí, el joven BERG veía coches y tractores entrar y salir del patio todos los días. Estaba harto de caminar y montar en bicicleta y quería también cuatro ruedas. En un cobertizo del patio, pasó meses construyendo su sueño.

Un día, había llegado el momento. Con la melena al viento y una sonrisa de oreja a oreja, el joven BERG recorrió el patio en su kart casero. Los niños del pueblo le observaban con miradas envidiosas. Cómo les gustaría intercambiarse con él. No lo dejó pasar. Porque se dio cuenta: dentro de cada uno hay un joven BERG. Y por eso hoy en día puedes comprarte tu propio BERG.